La renovación, ya sea de la cocina, el baño o la habitación, nos llena de temor. Elegir pintura, azulejos, el tipo de suelo u otros elementos no es la única fuente de nuestro miedo. También nos preocupamos por el desorden, si tendremos suficiente dinero y si encontraremos profesionales lo suficientemente buenos. Todo esto hace que, en lugar de alegrarnos por las novedades que queremos introducir en nuestro hogar, simplemente tengamos miedo.
Renovación sin nervios
La regla básica es planificar bien la renovación. No lo hagamos en el último momento solo porque, por ejemplo, tenemos un excedente de dinero. Pensemos en ello con antelación. Comencemos a ahorrar sistemáticamente pensando en el cambio planeado del espacio. Verifiquemos los precios de los distintos artículos, los costos promedio de la mano de obra y ahorremos un poco más de esa cantidad. Puede suceder que durante la renovación ocurra algo inesperado por lo cual necesitaremos pagar más.
La planificación adecuada de la renovación nos permitirá elegir al profesional adecuado. Podemos entonces elegir entre ellos, y no decidirnos por el que esté libre en ese momento, aunque no sea necesariamente el más meticuloso y preciso en su oficio. Tengamos tiempo para recopilar opiniones sobre él, ya sea de amigos o de sitios web. Veamos su trabajo en casa de alguien. Preguntemos a los habitantes si están satisfechos.
El desorden se puede controlar
Muebles removidos, suciedad en todas partes, polvo, cemento y otros tipos de residuos. Las ventanas grises por el polvo no dejan pasar la luz del sol y los suelos salpicados de pintura son imposibles de limpiar. Miramos todo esto y... nos remangamos y empezamos a limpiar. Sin embargo, podemos facilitar nuestro trabajo protegiendo todo lo posible.
Actualmente, en las tiendas están disponibles todos los accesorios necesarios para proteger los espacios durante una renovación. Tenemos a nuestra disposición diferentes tipos de plásticos. Usemos estos para cubrir los suelos. Los más caros son ideales, ya que son más gruesos y resistentes. Incluso podemos pegarlos con cinta adhesiva amarilla o blanca para que no se deslicen. La misma cinta se puede utilizar para enmascarar ventanas y marcos de puertas. Además, cubramos también los cristales de las ventanas con plástico, esta vez el más barato es suficiente. Se trata de proteger los cristales de salpicaduras de pintura o pegamento. Si necesitamos quitar las puertas, hagamos una improvisada también con plástico. El polvo no se infiltrará en otras habitaciones. Además, preparemos toallas viejas y mojémoslas. Colocadas bajo las puertas, detendrán el polvo. También podemos hacer un camino con ellas, por donde se mueva nuestro renovador. Así no esparcirá tanta suciedad y polvo al caminar.
Limpiar es divertido
Cuando todo ya está hecho, podemos empezar a limpiar. Principalmente agua caliente, buenos detergentes más aspiradora. Seguramente, no hace falta decir que primero aspiramos todo lo que se pueda. Si teníamos protegido el espacio con plásticos y cintas, basta con quitarlos y tirarlos. El polvo y la suciedad quedarán en el plástico y, por lo tanto, lo llevaremos fácilmente. Cambiemos frecuentemente el agua por limpia. No nos desanimemos por la cantidad de cosas que hay que controlar, sino que disfrutemos de lo que veremos una vez que todo esté limpio. Garantía de un efecto increíble asegurada.