Para muchos de nosotros, el baño es un lugar sagrado donde nos relajamos e incluso pasamos mucho tiempo cuidando de nuestro cuerpo. Sin embargo, para otros, este tipo de "lujos" son innecesarios y no necesitan nada más en el baño que lo necesario para mantener la higiene personal estándar. Diferentes necesidades y diferentes grados de necesidades: ¿cómo satisfacerlas?
¿Dejarse llevar por la fantasía o hacer lo que dicta la razón?
Nos hacemos este tipo de preguntas aproximadamente una vez al día, no solo en esta, sino en todas las áreas de nuestra vida. Con el baño es más fácil, ya que en él solo deberían encontrarse objetos relacionados con mantener nuestro cuerpo limpio. Pero, ¿debería esto limitarnos de alguna manera?
La ducha y todos los artículos relacionados son la base de cualquier baño, no solo para aquellos de nosotros que somos fanáticos de este tipo de higiene. Cuando llega el verano, todos debemos admitir que la ligereza de una ducha es mucho más agradable que estar sentado en agua caliente durante el calor, por lo que nos esforzamos por mantener todos los artículos en nuestro baño en el mejor estado posible. Esto significa que necesitamos productos que sean fáciles de mantener limpios y que no acumulen bacterias. Pero, ¿de dónde obtenerlos? Hay solo una opción: hay que pagar por ellos, invirtiendo en un producto decente, que en realidad nos desvía del tema principal: ¿es mejor dejarse llevar por la fantasía o guiarse por la razón?
La verdad es una cosa, y el pensamiento, otra
A menudo nos parece que lo caro, lo más moderno, no es necesario. Si lo que tenemos es bueno, ¿para qué cambiarlo? Mucha gente se hace este tipo de preguntas, pero si pensamos más profundamente sobre este razonamiento, no es tan obvio como parece.
El problema principal de este tipo de pensamiento es la falta de atención a las consecuencias, que siempre están presentes, pero no les prestamos atención. Todo depende de cuán "sencillo" sea nuestro baño y de cuánto tiempo ha pasado desde que se cambiaron sus elementos. Cuanto más antiguos son los equipos, más agua, electricidad e incluso gas consumen, sin mencionar que limitar la compra de ciertos elementos importantes puede acarrearnos problemas, ya que al ahorrar en ellos (pensando que no son necesarios) en lugar de aprovechar su potencial, lo perdemos.
Otro problema es nuestro concepto de "lujo". Para cada persona significa algo diferente: para algunos, equipos caros y opulencia, para otros, pueden ser artículos de clase media con accesorios atractivos que hacen que todo sea más acogedor. La verdad es que el concepto de "lujo" tiene muchos significados y vale la pena conocer lo que significa para otras personas.
¿Corazón y razón - pueden llegar a un acuerdo?
Por supuesto que sí, si al comprar la ducha de sus sueños y los artículos relacionados consideramos todas las posibilidades, recordando algunos aspectos importantes y realmente cruciales:
- ¿De qué está hecha la ducha (si tiene un revestimiento que facilita mantenerla limpia) y cuánta agua y energía consume?
- ¿De qué elementos está compuesta y son realmente necesarios para nosotros?
- ¿Cuánto cuesta y, en términos generales, podemos permitirnos comprarla?
Estos tres puntos son la base del acuerdo entre ambas partes y, al seguirlos, seguramente encontraremos algo que satisfaga las demandas tanto de lo que queremos como de lo que realmente necesitamos.