La elección del lavabo adecuado, contrariamente a la creencia popular, no depende únicamente del tamaño de nuestro baño o de cómo pueda combinar con su decoración general. Si lo piensas bien, estos son elementos de segunda categoría, considerados solo después de hacernos la pregunta más importante: ¿Para quién debería ser este lavabo?
Uso frecuente del lavabo: la mejor razón para invertir en él
Una familia numerosa tiene muchísimas ventajas. Sin embargo, es importante recordar adaptar adecuadamente el espacio en casa o en el apartamento para la gran cantidad de residentes. Es necesario elegir los muebles adecuados y aprovechar bien el espacio común. Tampoco se puede olvidar la adecuada adaptación del baño para el gran número de personas que lo usarán diariamente.
Cualquiera que tenga hijos, especialmente adolescentes, sabe que el baño puede ser ocupado mucho más tiempo de lo normal cuando lo utiliza un adulto. Este problema se agrava cuando tenemos una familia más grande, donde la mayoría son precisamente jóvenes, entonces nuestro baño no solo está ocupado, sino que también surgen disputas, generalmente relacionadas precisamente con el uso del lavabo y el espejo que cuelga sobre él. Sin embargo, es suficiente pensar bien para aliviar este problema - pero está condicionado por algunos aspectos que se deben considerar.
Tengo un baño pequeño: ¿vale la pena prescindir del lavabo? ¿Cómo tomar esta decisión?
La pregunta anterior, resulta ser bastante común; muchos de nosotros la hacemos especialmente en el momento en que queremos aprovechar el espacio del baño o reorganizarlo de tal manera que obtengamos el mayor espacio adicional posible. Sin embargo, independientemente de cómo abordemos el tema, debemos considerar una cosa muy importante: quién lo usa, cómo lo usa y cuántas personas realmente lo hacen, y considerando una familia numerosa, estos temas resultan ser doblemente importantes.
A la pregunta "¿quién?" conocemos la respuesta de inmediato: todos los miembros de la familia usan el lavabo, siempre que lo tengamos, por supuesto. "¿Cómo?" ya es una pregunta más compleja, apropiada realmente a cómo cada persona trata el objeto: si es solo para lavarse las manos y los dientes; si lo usamos y el espejo que cuelga sobre él para cuidar la piel y el resto del cuerpo; o si usamos el lavabo para colocar en él objetos de uso diario. La tercera pregunta: "¿Cuántas personas?" sin embargo, es decisiva, ya que no podemos tomar la decisión de prescindir del lavabo por nosotros mismos. Si para los miembros del hogar es importante, tirarlo puede causar solo disputas domésticas, que no son agradables para nadie.
Disputas por el uso del lavabo: ¿cómo resolver este problema?
Como ya se mencionó, los adolescentes pasan más tiempo en el lavabo, especialmente durante la adolescencia; quieren lucir lo mejor posible para impresionar a otros y a menudo ser parte de algún grupo. Además, está el interés por el sexo opuesto; todos desde una edad temprana quieren tener buenas relaciones con otras personas y prácticamente desde el principio son conscientes de que una apariencia cuidada les asegurará ese interés. Pasar tiempo en el lavabo frente al espejo es una forma de cuidarse, y como bien sabemos, durante la adolescencia esa necesidad de aceptación es el doble, por lo que ocurren frecuentes disputas por el baño, especialmente cuando se vive con más de un adolescente de cualquier género. Pero, ¿cómo resolver este problema? ¡Muy simple!
Obviamente, cuanto más grande sea el baño, mayor será nuestro margen de maniobra. Las disputas por el lavabo se pueden aliviar fácilmente comprando uno que satisfaga las necesidades de más de una persona. En el mercado existen lavabos de tales dimensiones que pueden usarlos cómodamente más de una persona. Otra solución es comprar dos o incluso tres lavabos e instalarlos uno al lado del otro; esta opción es preferida por los jóvenes, ya que no tienen que compartir el equipo de uso con nadie.