Una ventilación adecuada es esencial para garantizar la limpieza y frescura de tu baño, así como para tu seguridad y confort al usarlo. ¿Te preguntas qué tipo de ventilación elegir para tu baño? Aquí encontrarás la respuesta a esa pregunta.
Tipos de ventilación
Se distinguen dos tipos principales de ventilación en el baño: la natural y la mecánica. Es muy importante que la ventilación en un espacio como el baño funcione correctamente y que el flujo de aire esté asegurado, ya que su falta puede llevar al desarrollo de hongos y moho perjudiciales para la salud, así como a la humedad del espacio. Si tienes un calefón en el baño, no debes subestimar una buena circulación de aire. La falta de aire para el calefón puede representar un peligro mortal debido al retroceso de gases de combustión en la habitación. Por eso, asegúrate de que tu baño esté bien ventilado, por tu salud, seguridad y confort.
Ventilación natural
Este es el tipo básico de ventilación que se utiliza en la mayoría de los baños en edificios de todo tipo. Si vives en un bloque de apartamentos, seguramente tienes este tipo de ventilación en tu hogar, ya que es una solución estándar planificada desde la construcción del edificio. En el techo, no a menos de 15 cm de su borde, hay una rejilla de ventilación que conduce a un conducto que sale al techo. Este tipo de ventilación funciona automáticamente: el aire de la vivienda es extraído a través del conducto de ventilación hacia el exterior. Esto ocurre debido a la diferencia de temperaturas entre el aire dentro y fuera de la casa, por lo que este tipo de ventilación es más efectivo en invierno y otoño, cuando esta diferencia es mayor.
Para que la ventilación natural en el baño funcione correctamente, debe haber un suministro constante de aire al baño. Esto se logra con aberturas en la parte inferior de la puerta. Si realmente deseas evitar tener tales aberturas o rejillas, puedes optar por recortar la puerta del baño para que el aire fluya por debajo de ella. Para que la ventilación funcione correctamente, la separación debajo de la puerta debe tener al menos 2,5 cm de ancho.
La rejilla de ventilación en el techo debe estar lo más lejos posible de la puerta, para que el aire que entra pueda abarcar toda la habitación. Recuerda también no colocar ninguna malla contra insectos en la rejilla de ventilación. El vapor de agua y las impurezas se acumulan en la malla y pueden dificultar o incluso imposibilitar la salida del aire a través de la rejilla de ventilación, y como resultado, la ventilación simplemente no será efectiva.
Ventilación mecánica
En algunas situaciones, la ventilación natural básica puede no ser suficiente. Si tienes dudas sobre si tu rejilla en el baño cumple su función, puedes verificarlo fácilmente. Sostén en tu mano cerca de la rejilla de ventilación un pequeño trozo de papel higiénico o una toallita y ve si su extremo suelto se dirige hacia la rejilla. También puedes usar una cerilla encendida y observar su llama. Si se dirige hacia la rejilla, todo está bien; si no, tu ventilación puede no funcionar correctamente. Comprueba también si el aire tiene paso libre a través de la puerta del baño.
Si, a pesar de utilizar la ventilación natural, el aire no circula correctamente, esto puede deberse a una chimenea demasiado baja o una diferencia de temperatura demasiado pequeña. En tal situación, es necesario utilizar ventilación mecánica. Consiste en instalar, en lugar de la rejilla de ventilación, un ventilador pequeño que expulsa el aire hacia el exterior.
La ventilación mecánica debe ser un apoyo para la natural y generalmente lo es en la mayoría de los casos, pero no siempre. A veces, las aspas del ventilador bloquean el flujo libre de aire, por lo que se debe instalar solo si la ventilación natural no funciona en absoluto.
Es una buena idea conectar el ventilador mecánico al interruptor de la luz en el baño, para que funcione solo mientras estés utilizando este espacio. Para asegurar una ventilación óptima del baño, puedes configurar el retardo de apagado del ventilador para que se apague, por ejemplo, 10 minutos después de apagar la luz. De esta manera, el baño se ventila completamente, por ejemplo, después de un baño.
Es muy importante: no se deben usar estos ventiladores si usas un calefón de gas. El funcionamiento del ventilador puede interrumpir el flujo de gases de combustión a la chimenea y exponerte a una intoxicación fatal. ¡No vale la pena correr el riesgo!
Calefón de gas y ventilación del baño
Si usas agua caliente suministrada a la vivienda por una empresa municipal o tienes un calentador de agua eléctrico, puedes usar tanto la ventilación natural como la mecánica sin obstáculos. En el peor de los casos, si la ventilación es insuficiente, se acumulará un exceso de humedad en tu baño, lo cual notarás fácilmente y podrás tomar las medidas adecuadas.
En el caso de un calefón de gas, el asunto es más complicado, ya que una ventilación incorrecta puede ser muy peligrosa. Para la combustión del gas se necesita un suministro constante de aire fresco, por lo que debe utilizarse una ventilación natural que funcione sin problemas. En tus puertas debe haber aberturas por donde fluya el aire, y la rejilla de ventilación no debe estar instalada a menos de 15 cm debajo del techo. No se permite el uso de ventilación mecánica, ya que el ventilador puede interrumpir el suministro de oxígeno al calefón, y como resultado, liberar monóxido de carbono tóxico en la habitación.
Si usas un calefón de gas, para la seguridad de ti y tu familia, adquiere un detector de monóxido de carbono. Este dispositivo cuesta alrededor de 100 PLN, y puede salvar tu vida. Si detecta monóxido de carbono en el aire, el detector activa una alarma fuerte que te alerta del peligro. No vale la pena escatimar en este dispositivo, ya que puede protegerte de consecuencias muy graves para la salud. También asegúrate de realizar revisiones regulares de tu calefón y de verificar la obstrucción de los conductos de la chimenea por técnicos calificados.